Mantener la paz con las Naciones Unidas

por Loren Cobb, PhD.

Damas y caballeros, miembros del profesorado, distinguidos visitantes. Muchas gracias por la oportunidad de dirigirme al Modelo de las Naciones Unidas de la Universidad Internacional en Cuernavaca, México.

Ha sido un honor y un privilegio el asistir el adiestramiento de oficiales militares de Centro y Sudamérica en operaciones para mantener la paz. Tenemos dos ejercicios grandes cada año, uno en Sudamérica y otro en Centroamérica. Cada ejercicio involucra a cinco o seis países, con un batallón por país.

Muchos de los oficiales que hemos entrenado, van posteriormente a servir en operaciones foráneas. Por ejemplo los argentinos tienen una compañía en Croacia, y los uruguayos han servido en Camboya.

Veamos las operaciones para mantener la paz desde varios puntos de vista. Primero, el soldado. Ellos son hombres jóvenes (y a veces mujeres) no más grandes que ustedes, quizás de 18 a 25 años de edad. En lugar de estudiar en la universidad se enlistaron en el ejército, y luego se encontraron involucrados con las fuerzas de la ONU, a 10.000 o más aún a 20.000 km de casa. Estos jóvenes han sido entrenados en el "arte de la guerra", saben como matar rápida y eficazmente pero, sus aptitudes, ahora ya no funcionan. La primera tarea de un soldado, es saber reconocer a su enemigo. Pero, ¿Quién es el enemigo? Un "pacificador" (en una operación de Capítulo VI de la carta de la ONU), se posiciona literalmente hablando, entre dos fuerzas hostiles, para prevenir que se disparen el uno al otro. Ésta es la posición más peligrosa en un campo de batalla. Para agregarle al peligro, un pacificador con el casco uzul esta, casi siempre, armado muy ligeramente, y no hay tropa que le ayude si la pelea se inicia.

En su papel como delegados de las Naciones Unidas, ustedes deberán pensar muy cuidadosamente antes de enviar a estos valientes jóvenes, hombres y mujeres, a tal situación de peligro, especialmente si no están dispuestos a darles el dinero suficiente y el apoyo para dicha operación militar. En toda la historia de las operaciones pacificadores de la ONU, más de 1.600 hombres y mujeres han perdido la vida, y la mayoría en años recientes. Así que, ¡por favor, piensen en ellos si, y cuando voten sobre una "operación pacificadora!"

Ahora, veamos la operación desde el punto de vista del comandante. Él, prodría tener 3 o 4 compañias de 100 a 120 hombres cada una bajo su mando, pero todos podrían hablar idiomas diferentes. El comandante responde a su jefe inmediato por parte de la ONU, y también al comandante de su propio país y ellos, podrían estar en desacuerdo. Esto hace todo muy complicado y, el tiempo de respuesta de las fuerzas pacificadoras se deteriora.

Finalmente, esta el RESG —Representante Especial de la Secretaría General—, el hombre o mujer, que es un civil en cargo de toda la operación y que responde al Consejo de Seguridad de la ONU.

Ha sido un privilegio conocer al RESG de las fuerzas pacificadores de la ONU en la misión de Angola, quien es una mujer de nacionalidad Boliviana y Inglesa. En ese momento, ella era la mujer con el rango más alto en las Naciones Unidas. En su operación, portó uniforme militar, controló todas las fuerzas de la ONU en Angola y, también, tuvo que actuar como diplomática y ejecutiva. ¡Es difícil imaginarse un trabajo más arduo!

On obstante, el mantener la paz no termina en el RESG. Al mirar hacia el futuro, podemos ver, que la Asemblea General de la ONU y el Consejo de Seguridad, tendrán que buscar nuevos caminos para regular las causas de la guerra. Cada década, en la historia de las Naciones Unidas, ha sido diferente pero, en la próxima década, los problemas medulares ya están a la vista: se relacionan con flujos.

Me gustaría sugerirles, que el sistema global que ahora gobierna la internet, pudiera servir como modelo para solventar el problema más grande que enfrente la ONU: Como regular y gobernar in soberanía. Pocos países están dispuestos a ceder ni una pequeña parte de soberanía a una organización global como las Naciones Unidas. Por lo tanto, debemos ser creativos e imaginativos en nuestro enfoque. Yo pienso que la internet podría ofrecer un modelo útil de cómo esto pudiera lograr sin amenazar la soberanía de ningún país. Solo a través de nuevas ideas como ésta, podremos regular esos flujos, cuyo tamaño y poder anenazan la estabilidad de la paz como la conocemos ahora.

Me gustaría cerrar con una cita de la Biblia: Bienaventurados los que hacen la paz, porque ellos serán llamados Hijos de Dios.

Universidad Internacional, a 23 de mayo de 2001.

Traducción por Arq. Raúl Tezcucano Tamayo.